Para la Lingüística Funcional (de la cuál Jakobson es uno de sus exponentes) la lengua es un sistema funcional producto de la actividad humana y la finalidad de la lengua consiste en la realización de la intención del sujeto de expresar y comunicar.
El aporte que realiza Roman Jakobson desde la lingüística y las funciones del lenguaje que desarrolla pone de manifiesto la riqueza comunicativa del lenguaje en si mismo. Cualquier discurso dice muchas más cosas de las que parece enunciar en primera instancia. Con el lenguaje persuadimos, establecemos lazos sociales, construimos nuestras propias realidades, etc. Su enfoque da cuenta de las coincidencias y convergencias entre las más recientes etapas de la metodología del análisis lingüístico y la forma en que se considera el lenguaje en la Teoría Matemática de la Información a partir del análisis de una serie de conceptos compartidos: Redundancia, Información, Código, Ruido Semántico.
Sin embargo, a pesar de esta mutua colaboración, el estudio de la comunicación desde la lingüística tiene además otros objetivos entre los cuales está el considerar a la lengua como fundamento de la cultura y como instrumento de comunicación.
La contribución de Jakobson a los modelos de la comunicación se concreta en su conocido artículo “Lingüística y Poética” publicado en 1960 en la obra Style in Language, dirigida por T. A. Sebeok y editada por la MIT Press.
A decir verdad, toda conducta verbal se orienta a un fin, por más que los fines sean diferentes y la conformidad de los medios empleados con el efecto buscado sea un problema que preocupa cada día más a los investigadores de los diversos tipos de comunicación verbal [...] (Jakobson, 1975, pp. 348-349).
Allí Jakobson se plantea investigar las funciones del lenguaje y el primer paso antes de establecerlas es concretar un modelo de la comunicación y por eso lo llama “Sobre los Factores de Comunicación y las Funciones del Lenguaje” (Ver Gráfico): el destinador transmite un mensaje al destinatario. Este mensaje tiene un contexto de referencia, un referente que el destinatario puede captar.
También es necesario que destinador y destinatario posean un código común, mediante el cual el primero codifica y el segundo decodifica el mensaje. El último elemento es el contacto, que para Jakobson es un canal físico y una conexión psicológica entre el destinador y el destinatario, que permite tanto al uno como al otro establecer y mantener una comunicación.
La importancia del modelo de Jakobson está, a pesar de la influencia de la teoría matemática de la comunicación, en que el mensaje ya no se considera como una mera transmisión de información.
Autores: Roman Jakobson.
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